Los días van pasando y poco a poco todo se va acomodando como tiene que ser o mejor dicho como a mí me gusta que sea.
Volví a mis compras descocadas y compulsivas. Me encantan los zapatos, zapatillas, chancletas o lo que sea, pero más me gusta la cara de desesperación de los vendedores cuando les voy cambiando los modelos y/o colores, pero no dejo que guarde nada, no vaya a ser que me arrepienta y justo quiera esos que se llevo; adoro ver las pilas de cajas que esperan ser probadas.
Hoy sume dos pares nuevos a la cantidad de cajas que guardo coquetamente en los estantes. Pero en todos estos años de búsqueda aprendí que cuando se está muy deprimida o mejor es dormir la siesta; xq compre cada porquería que ahora no me los pongo ni asi me sobornen.
Ahhhh, con hambre tampoco se puede comprar, xq si no conseguimos el color que queremos en el apuro le contestamos al vendedor: Ta bien, me llevo esos!!!!!!!!!!! y los zapatos están más para que los use la abuela Polola, que nosotras.
No aburro más y me voy a dar una vuelta por el patio con la escoba, jajaja
Pachita!, querida!, primera seguidora registrada!!! aca estoy!!!!, ajajajaja, me uno a tu club de compradoracompulsivacuandoestasdeprimida.com. Suerte con el blog!!!
ResponderEliminarHola Di, gracias y bienvenida!!!!!!!!! el grupo de compradoras compulsivas últimamente está a full, la tarjeta zumba y llora al mismo tiempo, jajaja. En estos días se me dió por la onda hipie y el color violeta en todas las gamas; y como no puede ser de otro modo nunca tengo zapatos que combinen. Aunque en realidad lo que no tengo es verguenza.
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